Cerámica Molle vaciada

La técnica cerámica de vaciado es una técnica cerámica contemporánea, que permite reproducir muy fielmente un modelo elaborado previamente en un molde. Es una tecnica muy difundida que se desarrolla en distintos lugares, y que las artesanas del taller El Molle han adaptado a sus necesidades, para la replica de vasijas prehispánicas.

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La pasta cerámica

La arcilla local se recolecta manualmente, con pala y picota, en algún cerro ya conocido y se echa a remojar en agua por unos 3 a 7 días.

Luego se prepara la pasta de vaciado, mezclando la arcilla local, y la pasta de vaciado que se puede comprar en tiendas de insumos para cerámica.

Luego de esto la arcilla se tamiza con un colador fino, separandola del agua y se mezcla con la pasta de vaciado blanca comprada, también remojada previamente y pasada por una tamiz fino. Esta pasta es la que le da la consistencia a la greda.

Trabajando con el molde

Dependiendo de la temperatura ambiental, habrá que esperar más o menos horas para desmoldar la vasija. Lo regular en un día templado, será esperar un día completo para desmoldar, ya que si no, la vasija se puede partir al tratar de retirarla del molde.

Una vez fuera del molde se lo deja al aire unas horas para que endurezca un poco más y se pueda empezar a pulir. Lo primero será pulir y emparejar la boca de la vasija en una superficie lisa, como puede ser un vidrio.

Dependiendo de la temperatura ambiental, habrá que esperar más o menos horas para desmoldar la vasija. Lo regular en un día templado, será esperar un día completo para desmoldar, ya que si no, la vasija se puede partir al tratar de retirarla del molde.

Una vez fuera del molde se lo deja al aire unas horas para que endurezca un poco más y se pueda empezar a pulir. En primer lugar se pule y empareja la boca de la vasija en una superficie lisa, como un vidrio.

Luego viene el esponjeado, en el que se va frotando con un trocito de esponja humedo, de forma de sacar todos los restos que puedan haber quedado de más. Para esto también puede usarse un cuchillo.

En este momento también se agregan los mamelones, es decir, las protuberancias que pueda tener la pieza, como orejas, pezon u otros elementos. El esponjeado también sirve para suavizar la superficie de la pieza.

La práctica de la alfarería se adapta a las condiciones y elementos presentes en el territorio y entorno de cada artesana o artesano, lo que refuerza su calidad de técnica artesanal viva y totalmente vigente.

Lo siguiente es el proceso de bruñido o pulido de la pieza, para lo cual hay que esperar a que la superficie de la pieza esté con la humedad justa, a lo que se le llama en “estado de cuero”.

Para pulir se pueden utilizar diversos elementos que tengan una superficie lisa y suave, como por ejemplo trozos de botellas plasticas de cloro u otras similares. También se pueden usar piedras pulidas que se encuentran en el río, o cucharas de remedio, tapitas de lapiz bic, etc.

El esgrafiado o incisiones decorativas de las piezas se realizan después del pulido, cuando la pieza aun no se seca del todo. Tiene que estar un poquito húmeda de forma que la aguja pueda ir marcando suavemente los dibujos en la superficie. El trabajo de esgrafiado se realiza con una punta metálica que puede ser una esteca especial o bien una aguja de lana, y es muy delicado y detallista, y requiere en algunos casos tomar medidas con una regla para respetar el diseño original.

Una vez que la pieza ya está pulida y esgrafiada, se realiza el segundo pulido que es para que la pieza brille. Con una brocha o con una tira de tela se aplica aceite a toda la superficie de la pieza y nuevamente se la deja secar, ahora si hasta que la pieza esté totalmente seca.

La cocción de las piezas se puede realizar de distintas formas. Es muy comun que se utilice un horno eléctrico especialmente diseñado para este fin que tiene la capacidad de llegar a más de 1000º C. Si las piezas son decorativas pueden cocerse a 700º grados, pero si son utilitarias, el ideal es que la cocción sea en torno a los 900º o 1000º y con una duración de siete horas.

Luego de la cocción, se realiza el ahumado en un tarro metálico especialmente diseñado para esto, el cual tiene en su interior rejillas donde ubicar las piezas, y en el fondo un cenicero con tapa que es donde se hace el fuego para el ahumado.

El ahumado es un proceso lento, que requiere esperar, y repetir una y otra vez el procedimiento, hasta que la pieza tome el color negro propio del ahumado. Las artesanas encienden papel de diario arrugado en grandes cantidades, y al cerrar el cenicero se van quemando sin oxigeno lo que genera el humo que va tiñendo la cerámica.

Una vez se ha consumido todo el papel, se espera hasta que la pieza se enfríe y se limpia para verificar la calidad del ahumado. Si aun le falta ahumarse hay que volver a hacer todo el procedimiento de nuevo, y repetir cuantas veces sea necesario hasta lograr el ahumado deseado.

El ultimo paso es rellenar con pasta blanca las incisiones o esgrafiado de las piezas, para que resalte el diseño de cada una. Con un pincel se va aplicando en las incisiones hasta rellenarlas totalmente. Finalmente se limpia la pieza, con lo que se termina totalmente el proceso.